martes, 4 de septiembre de 2012

¿Guerra de textos o más bien guerra de sexos?


Opinión: Biblia 02/09/2012
Por: Juan María Tellería Larrañaga

No hay varón ni mujer: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (Gálatas 3, 28 RVR60)

Lo digo tal como lo siento: hay conversaciones con ciertos creyentes que me deprimen hasta lo más profundo. Y no suelen ser precisamente aquellas en que las personas cuentan sus problemas o sus desgracias, que por lo general tienen el efecto de suscitar en mí un deseo inmediato de mostrar el consuelo del Evangelio de Cristo, del que todos sin excepción estamos tan necesitados. Son más bien otras de distinto tenor, de otro calibre, como la que hace no mucho mantuve con cierta persona a la que no veía desde hacía años, y que me dijo con toda rotundidad que ya no asistía a los servicios de su iglesia… ¡porque ahora tenían una pastora y a partir de ahí habían comenzado las mujeres de la congregación a predicar y enseñar en público!, algo que, según su opinión, era diametralmente opuesto a la Palabra de Dios.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Según esto, ¿por qué sólo la mujer es concebida como "ayuda idónea"?


Por Héctor Benjamín Olea Cordero, el El Domingo, 26 de agosto de 2012 a la(s) 13:47 ·
¿Por qué sólo la mujer es concebida como “ayuda idónea”?

Héctor B. Olea C.

La idea de que la mujer es “ayuda idónea” de su marido (en sentido general respecto del varón) ha sido muy popular en la tradición cristiana en general, como herencia de la antropología hebrea reflejada en Génesis 2.4-25.

Pero, ¿cuál es el sentido de la expresión hebrea que se traduce “ayuda idónea” y su trasfondo cultural? La expresión hebrea que se ha traducido “ayuda idónea” (y que en toda la Biblia sólo se la encuentra en Génesis 2.18, 20), “ezer kenegdó”, literalmente significa “ayuda, auxilio, apoyo semejante, correspondiente y conforme al varón”, “parecido a él”, “de la misma naturaleza que él”. Dicha expresión señala a la mujer como un ser creado parecido al varón con el fin de ser su ideal complemento. Lógicamente, detrás de este concepto está el carácter patriarcal de la cultura hebrea (y las de los pueblos circunvecinos) que veía a la mujer como inferior al varón. En este contexto general surgieron los textos bíblicos.