La connotación nos refiere una antigua historia en la que destaca una mujer que sorprende por su valor, autoridad, sabiduría, aplomo, persuasión y sobre todo, su libertad de expresión ante un personaje de gran nivel, el jefe de defensa nacional de Israel, bajo el mando del rey David.
Es una anécdota fascinante que deconstruye el mito de la invisibilidad de las mujeres en la antiguedad y en
oposición demuestra el rol femenino a nivel socio-político ya desde la
antiguedad de Israel.
La protagonista aparece cuando por la huida de un hombre
que se interna en la remota ciudad de Israel (ciudad de Abel bet-Maaca)
se pone en peligro a todos los habitantes al atraerse la persecución por las
propias fuerzas de defensa. Así, la ciudad queda sitiada.
Ya podemos imaginar,
a partir de ese suceso el caos que se desata, afuera un ejército tratando de
derribar el muro y adentro no se nos informa con detalle qué sucede, lo que sí
es seguro es que las ideas brillaron por su ausencia para las autoridades del
lugar.
Entonces, can-can-can…can… Aparece nuestra heroína. ¡Wow!, una mujer…!
La
historia prosigue –una mujer sabia dio voces desde el muro y pidió hablar con
quien estaba a cargo del ataque a la ciudad.
Síiiiiiii, eso es audacia y
arrojo. Y en síntesis la mujer le dijo: ¿Qué quieres? ¿Por qué nos haces esto?
¿Vas a destruir una ciudad fuente de historia y vida para la nación? ¡Detente,
Joab, ¿De qué se trata esto?!
Los razonamientos de la mujer fueron tan
contundentes que Joab, el general a cargo, recompuso la táctica militar de lo
general a lo particular, de lo complejo a lo simple y de lo catastrófico al
control de daños.
La mujer entregó la cabeza del hombre por quien todo el
pueblo estaba en peligro, arrojándola por el muro a Joab. En pocos minutos, la
mujer de Abel transformó una crisis social en un rescate social.
La historia no
aporta su nombre, esa extraordinaria mujer es anónima, demostrando con ello que
muchas veces lo único que se necesita es claridad mental, mejor conocida como
sensatez (o sentido común como también se le llama, aunque es el menos común de
los sentidos) para salvar una situación.
En todas las ciudades hay mujeres como
ésta. No son funcionarias públicas, no son autoridades locales, no son ni
siquiera famosas o detentoras de puestos, fama o fortuna; pero son mujeres que
salvan ciudades.
Nadie habla de ellas. Son invisibles, trabajadoras tenaces, no
tienen tiempo que perder. Les importa el bien de su ciudad aunque su nombre ni
figure en ellas, vencen discriminaciones, saltan barreras culturales, estudian
contra todo obstáculo, no se sientan a llorar sus heridas, se mantienen de pie
luchando, se definen, se determinan, cuidan de sus familias por amor, viven y
mueren sin un aplauso, pero asumen la vida con total responsabilidad y entrega.
La
historia se narra en el Libro II de Samuel 20:13-22; pericopa a la que titularía: "Mujeres sabias que salvan
ciudades"
El título de este blog es un homenaje a todas esas extraordinarias mujeres
anónimas que viven del otro lado del muro y son salvadoras de sus ciudades.
Un abrazo fuerte y sororal a todas esas mujeres anónimas que salvan sus ciudades cotidianamente.
Verónica Lozada
Soli Deo gloria.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias a todos los lectores y a quienes dejan sus comentarios.
Todos los comentarios se agradecen y son bienvenidos, siempre que se expresen respecto al tema y en un lenguaje civilizado, sin insultos, amenazas, discriminación o cualquier otra ofensa que denigre la comunicación y a las personas. No serán publicados los comentarios que no cumplan estas normas.
Te animamos a visitar y suscribirte a este blog. Nuevamente gracias.