miércoles, 23 de octubre de 2013

Nada divertido, jugar a ser Dios

Hoy me encontré con un artículo de Lee Grady (famoso autor pentecostés por defender el ministerio de la mujer) y me recordó una triste experiencia muy reciente, exactamente al revés de lo que narra Grady en su exposición que cito textual: