Por: Verónica Lozada

El pasado domingo ocho de julio, con el título #Sanjuana somos todas me referí a la aberrante y absurda detención con tufo de venganza realizada por la juez Luz María Guerrero Delgado contra la periodista Sanjuana Martínez, a instancias del ex marido de la periodista Carlos Castresana Fernández, fiscal del Tribunal Supremo de España y ex director de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala de la ONU, conferencista y especialista en violencia de género.
De inmediato me recordó la batalla de David contra Goliat, en apariencia bastante dispareja.