domingo, 27 de septiembre de 2015

Carta de Amós para México


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Carta de Amós para México
Relectura
Verónica Lozada-Maldonado

   Sección I Relectura 2:6-8
       Así dice Dios: Aunque son muchas tus transgresiones te señalaré por lo menos tres por las que no retraeré mi ira: Has vendido a la nación y condenado a precariedad y desesperanza al noventa y nueve por ciento, para beneficio de una minoría rapaz y codiciosa que los pisotea. Vomitas a millones de seres humanos que migran en busca de oportunidades y seguridad que tú les has negado. Te jactas ante el mundo de tu PIB, obtenido sobre el sudor de migrantes y masas
empobrecidas. Y, mientras tus presidentes y sus insultantes séquitos se reúnen con reyes, príncipes y potentados de naciones ofreciendo los recursos nacionales; se ejecutan a campesinos defensores de sus tierras, activistas, disidentes, opositores, periodistas y voces críticas con el tiro de gracia. Y cuando buscan incansablemente a sus desaparecidos, masacrados y reprimidos tú te atreves a enviar por cadena nacional el desalmado mensaje— ¡Ya supérenlo!

El político, el jefe laboral, los muy “respetables” señores de buenas conciencias, el hombre de a pie—padre e hijo—cosifican a la mujer y la reducen a objeto sexual y así profanan mi santo nombre.

Te llamas nación cristiana, presumiendo en tus censos más de un noventa por ciento de la población, pero:
Vas el domingo a la iglesia muy “mono” con tu ropa de marca hecha por personas que trabajan en condiciones infrahumanas bajo neoesclavismos. Traes a tu mesa productos del campo cultivados por niños y niñas hacinados en guetos agrícolas con sus familias; los jornaleros de San Quintin, B.C., son solo una muestra. Y de toda la sangre inocente derramada por todo el país, de todos los males que te he señalado antes, del sufrimiento, de las lágrimas de tus hermanos y hermanas, del empobrecimiento, de la injusticia laboral, de los despidos masivos, de la corrupción imperante en la clase política, de la compra de votos, de la red de prostitución del putrefacto partido político en el poder, de la violencia institucionalizada, de la violencia contra la mujer y los feminicidios, etcétera, etcétera, etcétera... ¡no has dicho ni pío! ¡Vaya! De ecocidios provocados por poderosos monopolios y transnacionales que han envenenado el agua para el consumo humano, han segado bosques, montes, selva, sabana y mares…aún de eso que te amenaza directamente a ti y a los tuyos… De todo esto ¡te has quedado callado!

Has procurado la “ética” del bien propio—pensando en tu propio beneficio—y así traicionas el bien común –beneficio de todos—así legitímas estructuras injustas y pisoteas la dignidad humana. Y todavía, los emimentes tus eminentes lideres religiosos endeudan a tu grey y hasta comen y se alegran el alma con el producto de la “paz” que les da su silencio. ¡Tú que callas, eres cómplice! ¡Pero te llenas la boca diciendo amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo!

Sección II Relectura de 3:9-11
Reúnanse ustedes Señores potentados de la Defensa Nacional, suban a las más apartadas montañas –los más pobres municipios del país—de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y vean toda la opresión, descontento y miseria que han causado por defender dictaduras contra el oprimido.
Anden ahora que ya piensan enviar tropas a otras naciones para ayudar a mantener “la paz”; bien te queda el refrán de candil de la calle y oscuridad de tu casa pues tú no has sido capaz de procurar la paz y abatir la opresión sino que la refuerzas, cada día más, hacia tus connacionales. ¿Qué no has mirado todo el mal que han causado las intervenciones imperialistas que se creen con el derecho de arrasar con la vida? Anda ve y comprueba con tus propios ojos—si es que regresas con ellos—que sólo irás a fortalecer la opresión y el deseo de malvados codiciosos.
Ve y ojalá aprendas a hacer lo correcto. Te crees muy sabio y desechas mi ley para imponer tus leyes de muerte, pues ve. Sigue gastando estúpidamente en “defensa nacional”; arsenales de guerra y poderío militar mientras concedes permiso a bases y agentes extranjeros a portar armas por todo el país. Anda ve, sigue tus necios pasos, toma la manita de tus “amigos extranjeros” y preserva sus intereses, sigue indolente mirando a esas bestias insaciables saquear, ultrajar, despojar y violar la tierra con tal ira cual psicópata. Tu cuenta de violencia y destrucción sigue aumentando mientras neciamente proclamas a los cuatro vientos tu “Soberanía”, no te has dado cuenta que te han atado de manos, te vaciaron los ojos y te conducen encadenado a servidumbre material y espiritual.

Sección III Relectura de 5:21-27
Detesto tus celebraciones en mi “honor”, tampoco me gustan tus grandes convocaciones nacionales de “Semana Santa” y “Navidad” ¿Qué tiene que ver conmigo el consumismo que promueven? No soporto tus servicios religiosos. Concibes tus ofrendas como formas de soborno y acallamiento de conciencia; es inaceptable, no haremos la paz con eso. ¡Aparta de mí todo ese ruido vacío con el que pretendes agasajarme! ¡Quita de mí esos comerciantes de la “alabanza”! ¡No los escucharé!
Antes, mi alma anhela escuchar el sonido de la justicia corriendo como un río y de la integridad como una corriente caudalosa. Han hecho de Mi Buena Noticia una franquicia de su propiedad, se sienten dueños de la verdad y extienden el dedo acusador contra todos los que ustedes han etiquetado como condenados; así le han clausurado el sentido a mis buenas noticias. Levantas grandes ídolos rindiéndoles glorificación irracional: La patria, el estado de derecho, la ley, la constitución, el juramento a la bandera, la banda presidencial, las fiestas nacionales; ídolos a su imagen y semejanza; vacíos todos de significado al aplastar al ser humano que debiera proteger. Ídolos de sus manos, hechos todos a la conveniencia del poder, nada tienen que ver conmigo, dice el Señor.

Sección IV Relectura de 6:3-7
Con tu aparato de engaño nacional, fabricas irrealidades.
Señalas a Ferguson para no voltear a ver Ayotzinapa
No lo haces por vergüenza, no, tú no tienes recato
Lo haces porque eres experto en mentir y matar
Así bombardeas la mente de mis niños y mis jóvenes,
Y de lunes a viernes durante todas las tardes la mente de mis mujeres; 
inyectando televeneno que normaliza la dominación y sometimiento.
Trabajas para adormecer las conciencias y alimentar ignorancia
Buscas que mis preciosas personas no sean capaces de ejercitar la razón…
Odias y temes a los de ojos y oídos abiertos que desafían tu seducción
Los señalas como locos y violentos para desacreditarlos
Y acallar sus llamados de alerta
Sabes que si alguien los escucha despertará del engaño
Así, maquinas banalizando el mal justificándolo como “seguridad nacional”
Sabes que el hedor de corrupción de tus lujosas casas llega hasta mí?
Sí, no puedes esconder el sudor y la sangre de tus victimas
Ese éxito no me engaña; está construido sobre las espaldas del pobre.
No me impresionan tus cenas de cordero importado y los mejores cortes con los que festejas,
Tampoco tus músicos por los que braman con furor las multitudes
Tragan y desperdician insultantemente mientras hay quienes mueren de hambre
Ni siquiera fingidamente te afliges por los asesinados, desaparecidos y violentados
Has ignorado la angustia y el clamor de sus parientes
Te sientes intocable como si nada te pudiera derribar de tu pedestal
Por tanto irás al exilio y tus convivios llegaran a su fin.

Sección V Relectura de 9:11-15
Cuando termine todo esto,
Restauraré a los desplazados a sus tierras
A las comunidades que han sido destruidas en aras de ganancias privadas.
Repararé las paredes raídas de quienes habitan la vivienda social.
Voy a reconstruir como el modelo que siempre debió haber sido
Para que pobres, marginados y oprimidos puedan recibir lo que les fue robado

Vienen días…
Cuando los corruptos serán avergonzados
Los migrantes volverán a su hogar
los campesinos desplazados volverán a la tierra que les ha sido quitada
Todos los lutos serán sanados y las lágrimas serán cambiadas por grandes sonrisas
Brotará la alegría en las montanas
Bajará desde ahí a los valles
Y vendrán todos juntos como un solo pueblo: mis hijos e hijas
Y a cada uno le será pagada la justicia que se les adeuda
No más oportunidades para unos cuantos
Todos serán retribuidos con justicia; salario digno por su trabajo
Ciertamente los plantaré en su propia tierra,
Nunca más serán desarraigados
Dice vuestro Dios. 

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