Kayy Gordon ha sido pionera en plantar iglesias en el Circulo Ártico.
(City Life Church)
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En medio de
un momento muy ocupado recibí un mensaje de un querido hermano misionero que me
envío este artículo insistiéndome que lo leyera. Como dije, ocupada como estaba
le prometí hacerlo pero unas cuatro horas después que encontré tiempo me
adentré en su lectura y apenas unos párrafos supe que tenía que traducirlo para
compartirlo a todos quienes les interese esta historia. Lo traduzco acá especialmente
para muchas queridas amigas en América Latina que con tremendas batallas se
mantienen firmes en proclamar el evangelio que les ha significado el mensaje liberador
en medio de culturas opresoras. Para ustedes lo comparto:
Escrito por J. Lee Grady en inglés.
Traducción al español por: Verónica Lozada
La
Hermana Peng ha pagado un precio alto por ser una cristiana en China. Ha sido arrestada
muchas veces y será de nuevo si la policía la sorprende predicando el
evangelio. Obligada a vivir una vida clandestina, debe entrar furtivamente a su
casa de noche para visitar a su esposo y a su hija.
“Por ocho meses no tuve contacto con nadie. Solo comí sopa en mi celda,”
me dijo Peng cuando visité China hace dos años. “Fue realmente la misericordia
de Dios que me alimentó y me dio calor.”
Tiempo después Peng fue transferida a una prisión para mujeres donde
pasó dos años sola. Durante ese tiempo ella condujo a 32 prisioneras a Cristo.
En cuanto fue liberada, inmediatamente reasumió su ministerio de predicadora
itinerante.
Ahora de 43 años, Peng no permite que su cuerpo delgado o femineidad la
detenga de realizar peligrosas misiones. Y no está sola. Ella es una de muchas
mujeres heroínas del movimiento de la Iglesia subterránea de China.
En 2001, cuando visité un grupo de líderes de iglesias no registradas o
clandestinas de una ciudad cerca de Hong Kong, descubrí que hoy entre la mitad
y dos tercios de todas las plantadoras de iglesias en China son mujeres, la
mayoría entre edades de 18 a 24 años. Esas mujeres junto con sus colegas hombres
dirigen un estimado de 25,000 gentes a Cristo diariamente.
Una noche después de una reunión con esas humildes apóstolas chinas, regresaba
yo a mi cuarto de hotel y descubrí a dos de esas líderes mujeres esperando a mi
puerta con un traductor. “Ellas quieren que usted ore por ellas” dijo el traductor.
“¿Son ustedes pastoras o evangelistas?" les pregunté, esperando
entender mejor sus necesidades. Ellas sonrieron y contestaron, "Sí." ¿Cuántas iglesias supervisan? Pregunté. El traductor señalo a la que estaba a la izquierda, “esta supervisa
2,000 iglesias, y esta otra supervisa 5,000 iglesias,” dijo.
Yo estaba atónito. Algunas denominaciones en los Estados Unidos
siguen discutiendo si una mujer puede pararse detrás de un pulpito, pensaba
en mis adentros. Mientras tanto, las mujeres en China estaban ocupadas en
misiones peligrosas y gobernando miles de nuevas iglesias. ¡Hay algo mal con esta imagen!
La hermana Peng es una mujer con una misión, y su pasión no mengua. Para
el último día de mi visita ella me compartió sus planes de de llevar equipos de
cristianas chinas a las republicas musulmanas de la frontera occidental de
China –donde esperaba encontrar una persecución más dura que la que sufrió bajo
la policía comunista.
Su misión final, me dijo, es mirar a la iglesia China “marchar de China
a Jerusalen hasta que todo el mundo musulmán escuche el evangelio.” Peng
agregó: “Solía pensar que no saldrían
misiones de China hasta después que yo muriera, pero Dios me ha mostrado que
ocurrirá pronto. Quiero levantar 700 misioneros, es tiempo de salir al mundo.”
DIOS NECESITA A JUNIA Desde mi viaje a China he conocido muchas mujeres
valientes que enfrentan increíbles tribulaciones conforme se involucran en el
valiente ministerio apostólico. Como la apóstola Junia quien sirvió al lado del
apóstol Pablo y estuvo en prisión con él (ver Rom. 16:7), estas mujeres están
dispuestas a morir por Cristo.
Una de esas modernas Junias es Natasha Shedrevaya, una plantadora de
iglesias rusa que fue designada recientemente para encabezar su denominación
con base en Moscú. Ella supervisa 30 iglesias en Rusia y otras 300 iglesias en
las antiguas republicas de la Unión Soviética.
Como Peng, Natasha es una mujer con una misión. Su meta es plantar una
iglesia en cada villa del norte de Siberia –una región que abarca varias zonas
horarias. Ella está cumpliendo su visión con poca ayuda de Occidente y sin
ayuda de la Iglesia Ortodoxa establecida en su propio país.
Conocí otra moderna Junia hace dos años cuando Kayy Gordon visitó mi
oficina en Florida. Kayy pasó 40 años en las lejanías del norte de Canada,
alcanzando a la aislada etnia Inuit, llamadas comúnmente Eskimales. Nunca se
casó, ésta dedicada mujer obedeció el llamado de Dios y se fue a vivir a uno de
los más desolados lugares que la mayoría de los hombres no se atreverían a
visitar.
Durante los primeros años de su difícil ministerio Kayy tuvo que
trasladarse de villa en villa por trineo de perros. Después, luego que más
trabajadores se unieron a su equipo, ella perdió uno de los mejores miembros de
su equipo en un accidente de aéreo. Pero ni las más desalentadoras
circunstancias disuadieron a Kayy de salir del frente de batalla. Para el
tiempo que se retiro, ella había plantado doce iglesias y fundado doce Escuelas
Biblicas. Las semillas que ella plantó en la tundra del Ártico produjeron un
despertar espiritual por toda esa región.
Asombrosamente, cuando comparto historias sobre mujeres como Kayy
Gordon, Natasha Shedrevaya o la Hermana Peng, algunas personas aún objetan.
Dicen, “no creo que las mujeres puedan ser apóstolas” o, “Dios quiere que sean
los hombres los iniciadores, no las mujeres”.
Tú esperarías escuchar esas respuestas de hombres ciegos por mentalidad
machista, pero he visto que muchas mujeres sostienen esos mismos cerrados
puntos de vista. No creen que sea apropiado que una mujer despliegue el valor apostólico
necesario para plantar iglesias o tomar naciones para Cristo.
¡Qué ridículo! La Biblia llama a todos los creyentes –no solo a los
hombres- a ser testigos valientes. Y las Escrituras no sugieren que solo los
hombres puedan iniciar iglesias. Todos nosotros debiéramos desplegar la clase
de fe vencedora que nos lleva a remontar obstáculos, pisotear demonios y
desafiar el status quo.
¿Por qué tantas mujeres americanas rehúyen este desafío apostólico? He
identificado cuatro razones:
1. Están
muy cómodas en sus cuadros religiosos. Hay un espíritu religioso
en la iglesia que les dice a las mujeres que deben encajar en cierto “rol
femenino” ordenadoporDios. Muchos creyentes creen que la mujer no cumple este
rol a menos que este en casa y se enfoque en tareas domésticas.
Aunque la Biblia no dice que todas las mujeres deben cumplir el mismo
rol o que las mujeres tengan como función primordial ser amas de casa o
efectuar trabajo de cuidado. No todas las mujeres son esposas o madres, y no
todas son llamadas a estar en casa de tiempo completo.
Tengo una amiga hispana llamada Jackie Rodriguez quien es una dotada
evangelista. En diciembre del año pasado, Jackie llevó con ella a su bebé al
sureste de México donde ella predicó en diferentes remotos poblados con su hijo
a cuestas.
Algunas mujeres se negarían ante tan aparente peligrosa misión, pero
Jackie decidió que ella no se excusaría de cumplir la Gran Comisión solo porque
ella estaba criando a un bebé. ¡Ella
vive fuera del cuadro!
Por supuesto, no todas las mujeres son llamadas a predicar en el
extranjero. Pero mi pregunta es esta: ¿estás tú dispuesta? ¿Has llevado todas
tus excusas a la cruz, o estás manteniendo extendido el brazo de Dios porque
piensas que podría pedirte ir a una misión para la que te siente descalificada
para cumplir?
2. Están
paralizadas de miedo. Otra amiga mía, Kim Daniels, tiene un
ministerio apostólico que empezó en la ciudad. A inicios del año durante el
conflicto Iraquí, ella me llamó para saludarme con una voz emocionada. ¿Hey, Lee, quieres ir a Irak? me
preguntó. “¿ahora?”, le pregunté asombrado “¿durante la Guerra?”.
Kim estaba seria. Como antigua soldado del ejército americano, estaba
ansiosa de ir al frente y ministrar a las tropas estacionadas en Irak y Kuwait.
Durante la Guerra del Golfo en 1991. Kim había conducido muchos hombres al
Jesús –quería hacerlo de nuevo.
Yo estaba impresionado por la falta de miedo de Kim. Su valentía era
todo un contraste con la pasividad y timidez que he visto en muchas mujeres
americanas –muchas de ellas dejaron de viajar en aviones después del 9/11
debido a su miedo al terrorismo. Aunque Kim no terminó yendo a Irak durante la
guerra, ella ministró a las esposas de los hombres en servicio de una base en
Alemania.
Dios no ha llamado a ninguno de nosotros a vivir controlados por el
miedo, y las mujeres no pueden usar el género como excusa para ser tímidas o pusilánimes.
De hecho, el apóstol Pedro manda a las mujeres a renunciar al temor para llegar
a ser verdaderas hijas de Sara (1ª Ped. 3:6).
3. Están
esperando que los hombres les den permiso. La iglesia conservadora en
los Estados Unidos ha condicionado a las mujeres a ser pasivas. Por años le
hemos dicho a las mujeres que se callen, que se mantengan al margen del
liderazgo y que esperen instrucciones de los hombres. Mientras tanto, el Espíritu
Santo ha estado cortejando a las mujeres a no prestarle atención a la voz de la
religión para que puedan escuchar su voz.
Ciertamente Dios no necesita el permiso del hombre antes que El
comisione a la mujer para hacer algo. Las parteras hebreas, de hecho,
desafiaron la orden de Faraón y se rehusaron a matar a los bebes hebreos en el
alumbramiento como había mandado. Débora, la gran profeta del Antiguo Testamento,
recibió sus órdenes de Dios, no de un hombre. Cuando Dios anunció a María la
venida del Mesías, ella no consultó a su padre o a su prometido primero.
Recordemos que Jesús apareció a María Magdalena en la tumba antes que a
Sus discípulos varones la mañana de Resurrección. Si estás esperando el permiso
de un hombre para desarrollar alguna forma de ministerio, ese permiso puede que
nunca llegue.
Tú debes obedecer la voz de Dios. Cuando estés delante del trono de
Dios, no pienses que “mi esposo no me permitiría hacer eso” será una excusa
permisible.
4. No han
acogido el mandato apostólico. Pocos cristianos americanos –hombres o mujeres—tienen celo genuino
por ver la expansión del Reino de Dios a las naciones. Aunque Jesús nos mandó
buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia, los esfuerzos misioneros rápidamente
caen al final de la lista de prioridades al distraernos por materialismo y los
cuidados de esta vida.
No obstante, debemos recordar que en este tiempo de amenazas
terroristas, brotes de virus e inestabilidad económica, Dios no ha revocado la
Gran Comisión. El no nos ha dicho: “Ustedes no tienen que llevar el evangelio a
las naciones mientras las amenazas de violencia subsistan”.
No, la Gran Comisión permanece. Tomemos el desafío, traguemos nuestros
temores y no amemos nuestras vidas “hasta la muerte” (Apoc. 12:11).
Cada generación anterior ha tenido sus valientes mujeres guerreras.
Desde los días de la iglesia primitiva, cuando las mujeres de fe fueron
despedazadas por los leones del Cesar en el Circo romano, las hijas de la
iglesia han dado valientes testigas.
¿Dónde están esas mujeres de fuego hoy? Mi oración es que ellas emerjan
en esta década con un mayor celo, una compasión más profunda y un compromiso
más fuerte que cualquier otro tiempo de la historia.
estamos en una época muy especial.donde se cumple la voz profética de cristo cuando dijo que en los últimos tiempos aparecerían falsos cristos y que estos engañarían con prodigios y señales.
ResponderEliminarlamento que alguien escriba y no de referencias de quién y con que autoridad escribe.
cuando se apoya un apostolado tal y como la biblia lo enseñó ,en nuestros tiempos no deben existir esos falsos apóstoles,la era apostólica terminó con los apóstoles de cristo. a lo largo de la historia de la Iglesia de Jesús desaparecen como hasta hoy se vuelve a dar auje a una era que terminó y no vuelve haber apóstoles de renommbre a lo largo de la historia en estos 20 siglos? los verdaderos apóstoles tienen tre características bíblicas: 1.-fueron elegidos personalmente por nuestro Señor para el inicio de su ministerio.
2.-fueron capacitados durante tres años y medio directamente por el Señor Jesús y;
3.-lo vieron resucitado !!!!!que fácil es autonombrarse apóstol hoy en el siglo XXI ????cuidado con las falsas doctrinas!!!!la verdadera Iglesia también tiene tres marcas bíblicas.1.- predica solo y correctamente la Palabra de Dios.
2.-tiene dos sacramentos bíblicos,la santa cena y el bautismo Y;
3.-ejerce la disciplina en sus dos vertientes, educa a la Iglesia en la Palabra de Dios y aplica la disciplina judicial.
Atte. Pbro. Samuel Elí Espinosa Gallardo.
Vice- Presidente del Respetable Primer Sínodo de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México AR