martes, 3 de julio de 2012

¿De qué le dijeron que se trataba el cristianismo?

Por: Verónica Lozada

Se llenan la boca hablando de cristianismo mientras que la ciudad se encuentra encaminándose al infierno y no escucho a ninguno de los príncipes de esta ciudad hacer un pronunciamiento ante las autoridades para declarar Palabra del Señor a los gobernantes.

He dicho que Cristo le otorgó a la iglesia una vocación social, de solidaridad con su prójimo, expresada en el segundo gran mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Pero no encuentro esa comprensión en la iglesia local y la acción aparejada que corresponde.

¿Hasta donde llega nuestro cristianismo?
Porque hasta hoy no escucho ningún pronunciamiento ético y enérgico de la Iglesia en México. Toda una iglesia comparsa, bien acomodada, que no reprende ni denuncia el mal.

En cambio, una maraña de ideas e inútiles debates denominacionales y territoriales en los que no cabe el Señor. Una sed de protagonismo que compite con la de los políticos partidistas. Pregunto: ¿cuál cuerpo, cual unidad, cual unanimidad de propósito y de vocación eterna? ¿Cuándo vamos a alumbrar a México? ¿Tiene su cristianismo agenda para dar sabor a esta nación y ayudar a parar la corrupción como hace la sal?

Y el diablo se encoge de hombros, ¿para qué les hago guerra?, entre ellos solos se combaten. Tristemente.

Por eso, insisto, ¿de qué le dijeron que se trataba el cristianismo?

¿A dónde se perdió el cristianismo de Jesucristo? para convertirse en un cristianismo de templo, si es que existe una versión como esa.
¿Dónde se perdió aquello de ser los llamados afuera, para convertirnos en los llamados adentro? ¿Dónde quedaron los José y los Daniel arrimando consejo a gobernantes, para convertirse en pedidores de cosas materiales para el templo? ¿Cuándo se olvidó que el Señor es mi Pastor y nada me faltará para creer que es el gobierno quien proveerá? ¿Dónde están los Esdras que tienen vergüenza de pedirle al gobernante porque le han declarado que la mano de Dios es fuerte sobre él y sobre su pueblo?

¿Cuándo se dejó de considerar suficiente a la sangre de Cristo para la redención del hombre, y se le reemplazó por una salvación intelectual a través de la ética y la moral?; ¿cuándo se consideró la asistencia a espectáculos cristianos como ejercicios de la fe de Dios? ¿Cuándo ser héroe de la fe significó tener megaiglesias en número de asistentes? ¿Cuándo los encuentros vinieron a ser requisito de salvación?
¿Quién dijo que el cristianismo se trataba de construir el templo de piedra más grande? ¿Quién dijo que era competencia de llenar edificios con miles de gentes? ¿o competencia para ver quién predica mejor? ¿Quién engañó que se trata de ir de aquí para allá oyendo a “ungidos” traer la “última revelación”, porque a los que tenemos aquí no les creemos o no les queremos oir? ¿Cuándo se volvió importante traer título de doctor y de apóstol para reemplazar la sana doctrina con filosofías de hombres? ¿Cuándo las cosas secundarias se pusieron como supremas y desplazamos la Escritura por opiniones de hombres?

¿Cuándo Dios, cuándo nos extraviamos de ti?
¡¿Supieron ustedes que fueron los cristianos los que hicieron temblar a Roma y finalmente la hicieron caer?!
¡¿Supieron ustedes que hubo un tiempo en que era un honor decirse cristianos y estar dispuesto a morir por ello?!
¡¿Supieron ustedes que la primer iglesia alumbró al mundo de entonces e hizo parar la corrupción en cada parte del imperio que proclamaban a Cristo?!
¿Supieron ustedes que hubo un tiempo que la iglesia era dirigida por un cuerpo de ministerios: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros? ¿Por qué hoy solo hay juntas de pastores y han excluido los demás ministerios? ¿Por qué hay jerarquías verticales y ya no se practica más el gobierno de la iglesia mediante una jerarquía horizontal? ¿No será que eso es parte de cómo hemos corrompido la estructura revelada por Dios? ¿No es eso acaso parte del problema, amados de Dios? ¿Supieron que hubo un día que así se condujo la poderosa iglesia de Dios?
¿Supieron ustedes que fueron hombres y mujeres de Dios los que provocaron cambios en las naciones y redarguyeron de maldad a las sociedades de su día? Ejemplos tenemos muchos: el reverendo Martin Luther King con su lucha por los derechos civiles en USA; John Wesley con su movimiento que sacudió a Inglaterra y la avivó para Cristo; Wilberforce con una vida de lucha contra la esclavitud en Inglaterra; Amy Carmichael en su lucha por la dignificación de la mujer en la India; y la lista sería interminable.

Con mucho dolor, oigo entre los cristianos ignorancia a raudales, dicen que somos apolíticos y me pregunto ¿qué entienden entonces por ser la luz de este mundo y la sal de la tierra? ¿Quién va a redargüir al mundo de la maldad? ¿Quién le denunciará a los gobernantes su pecado como Juan el Bautista? No sé si se trata de ignorancia o de ligereza para cumplir la comisión de Cristo. Veo con cuanta facilidad se busca congraciarse con los políticos, pero con qué dificultad se encuentran voluntarios para hacer un pronunciamiento por las abominaciones que se hacen en medio de la ciudad. La maldad rampante y quienes deben hablar están callados. No solo callados, sino que le levantan el brazo a los impíos.

¿No es acaso la política intervenir en las cosas del gobierno y los asuntos del Estado? Y ¿no es acaso el Estado un ministro que el Señor ha instituido para la administración de los hombres? ¿No somos nosotros quienes dice la Palabra que hemos de juzgar al mundo? ¿No se nos dio acaso vocación de gobierno a toda la raza humana al mandarnos a sojuzgar y señorear la tierra? ¿No es acaso la política: el arte o la ciencia de gobernar o administrar una ciudad, pueblo o estado? ¿No somos llamados acaso reyes y sacerdotes para Dios? ¿Y si no ponemos nosotros la sal a esta tierra, quien espera usted que lo haga? ¿O acaso piensa usted que nuestra relación con los políticos se circunscribe a ir a pedir dádivas a cambio de votos? ¿Piensa que solo somos legitimadores y justificadores de las decisiones políticas de los gobernantes y qué no tenemos nada que decir como Iglesia?

Yo le digo, No.
Porque a mí la Biblia, Palabra de Dios; norma de fe y conducta del cristiano y que he abrazado como mi ley suprema, me muestra una demanda superior. El cristianismo verdadero no tiene nada que ver con un silencio cómplice ante la maldad sino con una actitud valiente del cristiano sobre la tierra.

La iglesia no debe callar.
El reverendo Martin Luther King en su lucha por los derechos civiles de los negros sentenció: No es tan terrible la maldad de los perversos, como el pasmoso silencio de los buenos.

En Alemania, hace casi 70 años, ante la diabólica embestida del tercer Reich, el pastor luterano Martin Niemöller pronunció estas impactantes palabras:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

El panorama que se avizora para nuestra nación es terrible. La iglesia tiene la comisión de ser la voz de Cristo en la tierra. Le advierto, si usted calla ahora, cuando quiera hablar, será demasiado tarde. El que quiera salvar su vida, la perderá. El que esté dispuesto a perder su vida, la guardará. Vienen días en que Dios mostrará quien es su siervo, toda iglesia que se ha acomodado a este mundo será desolada, toda iglesia que esté dispuesta a seguir al Maestro hasta la muerte, florecerá y estará vigorosa y fuerte y será guardada del maligno. No hay artificio humano que pueda librar de muerte, solo el Señor Dios todopoderoso que es la Vida.

1 comentario:

  1. Experiencia personal...
    Abrí mi corazón a Cristo en el 2001... Me congregué hasta el 2006. Vi lametablemente que sí, se predica, se habla de un modo muy "espiritual" pero aquí, en esta tierra, compartimos y hacemos, tratamos de convencer a la gente para que se pronuncie por Cristo Jesús sin que nosotros mismos, con un testimonio de amor mostremos congruencia. Conocemos de congregaciones enormes, de hermanos multimillonarios y qué sucede con gente como Sam Childers? quien, a puesto por obra el amor a la vida y sin embargo, por sus prácticas ha sido señalado. Todo tiene un propósito en la vida pero como hijos de luz es importante estudiar, conocer de la palabra y también del mundo que nos rodea para compartir amor y esperanza pero en hechos.

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